Sin vergüenza

Cuando el capitán del Espanyol reconoce que los futbolistas pericos no merecen esta camiseta, poco más se puede añadir.
Por supuesto que se puede perder, pero la imagen que ofreció el grupo blanquiazul en la segunda parte no es digna de un equipo profesional. Y mucho menos de una escuadra que aún no ha sellado la permanencia. El aficionado no merece esta desfachatez. Sin alma, sin actitud, sin amor propio y con los futbolistas discutiendo entre ellos sobre el césped. Si el Espanyol logra la salvación, Ángel Gómez o quién decida en la dirección deportiva, deberá ponerse el mono de trabajo para arreglar una plantilla que no sabe competir.
Empezando por el entrenador, cuyas decisiones son incromprensibles y es el primer responsable de este caos, pero por supuesto no el único. El rumano dejó en banquillo a Pau por decisión técnica en beneficio de Arlauskis, que acabó goleado. Víctor Álvarez fue la otra novedad, pero en este caso por obligación a causa de las gastroenteritis de Fuentes y Rubén Duarte.
El partido no empezó nada bien. La UD Las Palmas salió más enchufada, con peligrosos centros laterales y un amenazador testarazo de Bigas. Y por si fuera poco, Abraham se lesionó muy pronto. Sin embargo, con el paso de los minutos empezaron a sentirse cómodos. El primer aviso perico fue una buena combinación entre Gerard Moreno y Burgui que el extremeño estuvo a punto de concretar, pero el defensa Lemos le arrebató el esférico en el último momento. 
Arlauskis empezó atinado, cubriendo bien portería en un disparo duro, aunque con poco ángulo de Viera, que había superado a Víctor Álvarez. Después, Burgui, desde la frontal, recogió un centro de Hernán y obligó a esforzarse al meta grancanario. Y el extremeño se inventó un servicio delicioso que dejó solo a Hernán, pero éste no acertó con la volea entre los tres palos.
El partido estaba abierto, con alternativas para ambos bandos. Un valiente Jordán, que había suplido a Abraham, disparó desde lejos y a punto estuvo de sorprender a Lizoain, que detuvo con suspense. De nuevo Burgui, demostrando que merece más minutos, le hizo un asistencia de gol a Asensio, quien un poco forzado disparó alto, a portería vacía. Y cuando mejor estaba jugando el Espanyol, El Zhar, libre de marca y haciendo la diagonal, adelantó a los canarios. Un mazazo que el grupo no supo asimilar.
¿Qué le dijo Galca a sus pupilos en el descanso? Todo un misterio porque su equipo se derrumbó como un castillo de naipes en la segunda parte. Y los golpes no tardaron en llegar. Bigas recorrió todo el campo como Pedro por su casa, Willian José disparó en primera instancia y Viera hizo el 2-0 en el rechace de Arla. En realidad el partido ya había terminado. Pero las miserias no cesaban. Javi López, en pleno desconcierto, tuvo que hacer una falta para detener un contragolpe por la que vio amarilla. Y precisamente en el lanzamiento de esa falta, Bigas superó en el salto a Roco y cabeceó a la red. El Espanyol era una caricatura, a merced de su rival. Valerón salió para divertirse y, a continuación, el experico Wakaso enganchó una volea imparable en el rechace de un córner para poner el vergonzoso 4-0.