Aunque el agónico desenlace de la Liga no iba con el Espanyol –salvado matemáticamente en la penúltima jornada de competición–, eso no impidió que los blanquiazules vivieran con intensidad la última jornada. Había mucho en juego y el Espanyol, de forma indirecta, podía verse beneficiado siempre y cuando el Sevilla y no el Mallorca se convirtiera en equipo de Champions. La clasificación de los hispalenses para la máxima competición del fútbol continental tenía un precio: un millón de euros.
Millón que, estratégicamente, negociaron con insistencia los responsables deportivos de la entidad como condición indispensable para cerrar el traspaso de Sergio Sánchez al Sevilla. Por tanto, el repentino sevillismo de los pericos estaba más que justificado. También la alegría tras el heroico gol del joven Rodri en Almería. El definitivo 2-3 metía, por segundo año consecutivo, al equipo que preside José María del Nido entre los mejores de Europa y, de paso, aligeraba las maltrechas arcas de un Espanyol que en la venta del central catalán supo ver un negocio redondo.
Y es que no siempre tiene que ser complicado el tratar con los grandes de la Liga. Hay ocasiones, como en esta, en las que los beneficios compensan la pérdida de un jugador importante como lo era Sergio Sánchez para Mauricio Pochettino. Los ingresos por disputar la Champions League son cuantiosos y eso lo supieron ver a tiempo para ampliar a 4,5 millones de euros la cantidad a pagar por el defensa. Tres millones y medio por el traspaso y otro más en variables en función de los objetivos deportivos que ser marcara el conjunto sevillista. Los hispalenses querían repetir en la Champions y ahí se fijó una variable que durante noventa minutos estuvo a punto de irse al garete. La quinta posición y, consecuentemente la Europa League, no habría supuesto ningún ingreso para un Espanyol que ahora puede contar con un millón de euros más para mejorar la economía.
Este plus no evitará la necesidad de vendar a uno o varios jugadores de la actual plantilla, pero podría facilitar, por ejemplo, el pago de los 300.000 euros que debe abonar al Bolonia por ampliar la cesión de Osvaldo. Tal y como están las cosa, un millón más o un millón menos sí que puede marcar la diferencia.
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